Barça-Shakhtar Donetsk: Cuestión de feeling

Antes del partido el ambiente era de calma tensa, la confianza en los azulgrana era total, pero mucho, quizás demasiado respeto a los de Donetsk.  Pep Guardiola había avisado en rueda de prensa: ''Es la primera vez que estoy viendo cosas que no me gustan'' y "estamos más fuera que dentro" de la eliminatoria. El técnico azulgrana estaba muy molesto con unas declaraciones que menospreciaban a Dmytro Chygrynskiy, incluso un medio catalán entregó al ucranio un balón de oro de chocolate. En sala de prensa Guardiola defendió al ex futbolista azulgrana: "Si alguien tiene que decir algo, que me lo diga a mí, que fuí quien lo fichó". Además, al Pep, le molestaba que el entorno estuviese más centrado en que "la Liga ya está ganada", prestando muy poca atención al Shakhtar. Era una cuestión de feeling: al mister no le gustaban las sensaciones que transmitía el entorno, no veía al equipo en su mejor momento y algunos jugadores como Messi, Pedro o Maxwell estaban tocados. 

Y los pronósticos de Guardiola no iban mal dirigidos, en el primer minuto los de Lucescu avisaban y dejaban mudo al Camp Nou. El silencio duró poco, en la siguiente jugada un rechace del croata Srna caía en las botas de Andrés Iniesta que ponía el uno a cero en el luminoso; Pep respiraba y los temores de la grada se evaporaban. El partido parecía controlado por los blaugranas y la consiga era clara: Dani Alves y Adriano buscaban continuamente la espalda de los laterales ucranios. El Barça encontró una mina, Rat y Srna no recibían la ayudas de Willian y Douglas Costa. Guardiola lo sabía y las bandas fueron claves. Así llegó el segundo de la noche, pase de tiralíneas de papá Iniesta a la espalda de la defensa, al que Alves llega con un desmarque brillante y una definición meritoria. 

Las sensaciones mejoraban y el partido se ponía de cara. Pero la defensa culé sufría, Busquets estuvo muy incómodo como central y en alguna jugada fue superado por un desfortunado Luiz Adriano. Alves brillante en ataque, pero desastroso en defensa, dos pases de mantequilla comprometieron a Valdés que se jugó las piernas con el delantero brasileño. Lo mejor del partido era el resultado.

La segunda mitad comenzó con otro arreón de los de Mircea Lucescu y con algo nunca visto en el Pep Team, los Xavi, Iniesta y compañía:  ¡perdían balones!, y los perdían en zonas comprometidas. En el minuto 55, en una jugada de laboratorio, Piqué recibía libre de marca en el punto de penalti colocando el tercero en el marcador. A los pocos minutos, Iniesta forzó la amarilla, y de esa falta llegaría el gol ucraniano; Rakitskiy, con la tibia, recortaba distancias. El partido estaba loco, y en la siguiente jugada llegaría el cuarto para los de Guardiola. Leo  Messi cogió la pelota en el costado derecho y empezó su mítica conducción hacia al centro, los ucranios esperaban el golpeo con la zurda, pero el astro argentino cedió a un Seydou Keita, que totalmente sólo, rompía el esferico con un disparo que se colaba por toda la escuadra. El Barça ponía tierra de por medio. 

Fernandinho y Alex Teixeira entraron en el campo. Lucescu buscaba el segundo y a punto estuvo de encontrarlo en una contra que Luiz Adriano mandaba a la madera. El Barça la siguió tocando y en una de esas el balón llegó a Alves, el dos pasó a Xavi que marcaba, a placer, el quinto gol de la noche. Y así llegó el final del encuentro.     

 A pesar del enorme resultado, el Barça no hizo un buen partido. La diferencia estuvo en la definición y no tanto en el juego. Los de Guardiola estuvieron muy imprecisos; sí Luiz Adriano y Willian hubiesen estado finos, el marcador podría haber sido otro. Busquets todavía no está adaptado al puesto de central, está cumpliendo y con más minutos mejorará su rendimiento, pero la falta de Abidal y Puyol puede ser determinante, Piqué-Busquets sufren mucho frente a jugadores rápidos y los desajustes defensivos se repiten. La recuperación del capitán Carles Puyol puede marcar el devenir de la temporada. Nos espera un mes de abril memorable.

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